jueves, 10 de febrero de 2011

poema desenterrado.

***

Hace tiempo que mis pies no se cansan,
mis ojos no se irritan,
mis uñas no se rompen.
Pero él cortó mi lengüa.

Mis manos sangran.
Van destrozando senderos amurallados.
Me queda polvo, lodo, plegarias.

El hombre me mira pero no ve como mi sangre se extenúa entre sus venas áridas.
No me siente y despierta del otro lado del mundo con la soledad perpetua de la madrugada.
Me mira invisible con su historia,
su artificio de voz,
su ritual o teatro.

***

Quiere volar
pero olvida que cortó los brazos que se tendían hacia mi.
Olvida que cerró puertas y ventanas.
Dice que quiere escapar antes del frío.
No pasa nada.
Un hombre me mira,
un espejismo me mira.


Eréndira Reyes Clímaco.

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