miércoles, 4 de agosto de 2010

notas


quien se haga un catálogo razonado de sus películas favoritas, es un verdadero imbécil. siempre se escuchará en boca de los imbéciles su amor por genet o por tarantino, o por las largas, larguísimas y tediosas películas de arte.
pero bueno, los imbéciles son felices porque por lo general sus películas son películas fáciles de conseguir incluso son siempre probables los re estrenos de pantalla.
últimamente, me he apartado de eso. yo fui un imbécil. no hay que negar que muchas de esas obras son en verdad buenas, pero es cosa de pensarle demasiado, y tanto arte y tanta paz comienzan a ser contagiosas al borde de que no puedes coger con alguien que no haya visto "the pillow book".

tuve que volver a gozar el final feliz. y algunas veces me asquea, otras, son extraños, casi sarcásticos finales  en los que cada quien acepta lo que le toca.

y claro, siempre están las de mafiosos.







No hay comentarios:

Publicar un comentario